A casi 2 años de la tragedia
Tlahuelilpan.- Desde temprana hora de la mañana del pasado día lunes 21 de Diciembre, personal de la Dirección Municipal de Protección Civil así como de Seguridad Física de Petróleos Mexicanos, atendía una fuga de combustible de mediana magnitud registrada en una toma clandestina conectada a uno de los ductos de PEMEX, a su paso por las inmediaciones de la Colonia Miravalle, cerca del lugar conocido como “Los chiqueros”, inclusive algunas versiones señalan que durante la madrugada en el lugar se desató un enfrentamiento entre elementos policiacos y un grupo de civiles armados dedicados a la extracción ilícita de combustibles.
Por fortuna luego de algunos trabajos en el lugar y transcurrido un par de horas, la fuga pudo ser controlada, sin embargo, el fuerte derrame del combustible alcanzó canaletas y zanjas de riego esparciéndose peligrosamente por diversos puntos a través de estos afluentes de agua que circulan por todo el municipio, por lo que vecinos de diversas colonias y comunidad horas mas tarde reportaban un fuerte olor a gasolina en sus localidades.
Fue minutos antes de las 12:00 horas del mediodía cuando un fuerte estruendo en calles de la colonia Miravalle, revivió los momentos de terror registrados en el municipio el 18 de Enero del 2019, enseguida una enorme columna de humo negro recordaba aquellos trágicos acontecimientos donde decenas de personas perdieron la vida consumidos por el fuego ocasionado por una gran explosión en una toma clandestina.
Enseguida todo fue confusión, familias temiendo lo peor buscaban refugio luego de que los cristales de sus casas se reventaran a causa de la explosión, el combustible que corría por una zanja que cruza por la Colonia Miravalle, aparentemente de forma intencional fue prendido por alguien, provocando la explosión y que el fuego se esparciera a través de la canaleta.
Por fortuna la rápida reacción del Personal de Protección Civil que de inmediato solicitó el apoyo de personal de municipios vecinos, logró que el fuego pudiera ser contenido y posteriormente extinguido antes de provocar una nueva tragedia, durante varias horas el personal de los cuerpos de auxilio y cuadrillas de vecinos recorrieron las canaletas para localizar el remanente de gasolina que corría por ellas para neutralizarlo y mantener bajo control la situación.
Aunque en esta ocasión afortunadamente no se registraron lesionados ni perdidas humanas que lamentar, los momentos de pánico que se vivieron son un duro recordatorio de las consecuencias que puede generar la irresponsabilidad de los grupos dedicados al robo de hidrocarburos.